En el histórico barrio del Oltrarno florentino, el Studio Benaim transforma un apartamento de los años 30 en un hogar luminoso y lleno de alma para una periodista estadounidense apasionada por la gastronomía italiana. Una reforma que combina respeto por la memoria original, artesanía local y una cocina que se convierte en el auténtico corazón de la casa: un espacio donde la funcionalidad y el placer de compartir se encuentran en perfecto equilibrio.

Enfoque de diseño
El proyecto implicó la reforma de un apartamento de la década de 1930, a pocos pasos de Porta Romana. El objetivo era adaptar la vivienda a las nuevas necesidades y forma de vida de los propietarios. A solicitud de los clientes, el diseño revisita y reinterpreta soluciones de mobiliario probadas en su casa anterior, preservando un fuerte vínculo con sus hábitos y rituales domésticos.
La distribución se reorganizó completamente:
-En el lado derecho, frente a la calle, se reconfiguraron los espacios privados: dormitorios y estudios individuales de la pareja.
-En el lado izquierdo, con vistas al jardín interior, se creó la zona de estar: salón, comedor y cocina.
Esta nueva organización separa claramente las funciones de la vivienda, mejorando el confort y la habitabilidad. Una de las decisiones más significativas fue introducir amplias aberturas interiores, poniendo en diálogo directo el salón, el comedor y la cocina. Así, una abertura entre la cocina y el comedor se realzó con una repisa pasante de granito, que actúa tanto como barra de apoyo como conector visual.
La cocina como alma y corazón palpitante del hogar
La cocina del proyecto es un microcosmos de menos de 10 m², donde cada cajón, estante y módulo de pared se ha diseñado para satisfacer una necesidad específica.
La planificación meticulosa es obra del Studio Benaim, con sede en Florencia y dirigido por André Benaim, autor de la reforma de toda la propiedad, que se realza con un tranquilo jardín privado.

El encargo
Gracias a su experiencia profesional, la clienta acudió a Studio Benaim con una visión clara. La cocina debía ser viva, funcional y adaptada a la convivencia.
El modelo elegido para el bloque de cocción, según los arquitectos de Studio Benaim que supervisaron la renovación, no requería sistemas o trabajos de instalación complejos.
Dado el tamaño compacto, la elección recayó en un modelo ILVE de 90 cm de la gama Professional Plus, la configuración más pequeña capaz de ofrecer dos hornos (uno de 60 cm y otro de 30 cm) para cocinar para grupos más grandes. La placa de cocción tiene seis quemadores; los soportes de hierro fundido permiten deslizar las ollas de manera segura sin riesgo de vuelco. Y, por su parte, una campana extractora de acero inoxidable AISI 304, con filtros de deflectores profesionales, subraya el enfoque profesional de la clienta.


El resultado
Al optimizar cuidadosamente cada centímetro cuadrado y abrir una conexión directa con el salón contiguo, la pequeña cocina aparece como un “reducto de trabajo” eficiente.
Por otro lado, gracias a la reconfiguración arquitectónica, ahora disfruta de la luz natural que entra por las dos ventanas que dan al jardín.
Superficies de granito unifican todas las encimeras, mientras que las paredes, estanterías y módulos de madera pintados en blanco amplifican la sensación de limpieza y practicidad de la cocina sin volverla estéril.
Además, su singularidad se ve realzada por las colecciones expuestas de vajilla, ollas, sartenes y otros utensilios reunidos a lo largo del tiempo por la propietaria, signos tangibles de su pasión infinita por la comida y el buen comer.
Por último, entre los detalles inteligentes, destaca un zócalo de madera diseñado como almacenamiento adicional: parece una moldura o un zócalo estándar de cocina, pero en realidad es un cajón, ideal para bandejas, incluso de gran tamaño.
El resultado es una cocina donde todo se encuentra al alcance de la mano, incluso cuando está fuera de la vista, priorizando la función sobre la mera exhibición.
*Para más información: studiobenaim.com








