Equilibrio entre lo clásico y lo moderno en una reforma de ALEM Arquitectura

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Equilibrio entre lo clásico y lo moderno en una reforma de ALEM Arquitectura

La arquitecta Ana Monteagudo, fundadora del estudio ALEM Arquitectura, ha llevado a cabo la renovación de una vivienda ubicada en un edificio madrileño de la década de los 40 en el Barrio de Salamanca. Así, la reforma parte del respeto por la estética noble y tradicional del inmueble original.

Antes de la intervención de ALEM Arquitectura
Antes

Con una superficie de 110 m2, orientación sur y dos balcones visibles desde la fachada, la vivienda ha experimentado durante la intervención una redistribución completa de los espacios. En primer lugar, la eliminación de tabiques ha dado lugar a ambientes amplios, funcionales y adaptados a las necesidades de los habitantes. Por otro lado, se ha potenciado la luz natural con el fin de generar ambientes luminosos, acogedores y coherentes con los materiales nobles presentes, tales como la madera y la piedra natural.

Después de la intervención de ALEM Arquitectura
Después

ALEM Arquitectura ha elegido respetar los valores clásicos, como, por ejemplo, las molduras, las simetrías, las proporciones equilibradas o los desniveles y fosos en techos, lo que aporta un toque elegante, sofisticado y cálido. La decoración, para la que también ha colaborado la empresa Theunissen Home Staging, plasma el equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo, haciendo especial hincapié en lo acogedor.

La vivienda dispone de cocina, salón-comedor-despacho, un pasillo, tres dormitorios, dos baños y una tercera terraza orientada hacia el patio de la manzana.

Una cocina con protagonismo renovado

La cocina ha pasado de ser un espacio ignorado a convertirse en una de las estancias protagonistas del hogar. Desde el salón-comedor, al final del pasillo, unas puertas correderas de hierro y cristal se abren a una cautivadora cocina bañada por la luz que llega de una ventana orientada al patio y del propio salón.

El diseño permite una circulación fluida y distribuye la zona de trabajo a ambos lados, dejando el centro despejado. Los muebles, de suelo a techo en madera gris oscuro, se mezclan con revestimientos en roble natural y encimeras de mármol negro, consiguiendo un equilibrio entre sobriedad y calidez que define la totalidad del proyecto. Además, las zonas de trabajo destacan gracias a un sistema de iluminación lineal instalado en el propio mueble.

Como en el resto de las zonas húmedas de la casa, el suelo está revestido con un porcelánico en color crema, asegurando la máxima durabilidad y estética.

*Para más información: alemarquitectura.com

Cocina Integral

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