Interiorismo sin filtro en el “Manual para fingir que sabes de diseño”

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Interiorismo sin filtro en el “Manual para fingir que sabes de diseño”

Carlos Rubio, director de la escuela de diseño Insenia e interiorista con más de 30 años de trayectoria, desmonta los clichés del diseño a través de un manual divertido y provocador que pone en evidencia cómo muchas tendencias están perdiendo su sentido original.

Bajo el título “Manual para fingir que sabes de diseño”, el docente y experto en diseño revisa con humor y sin reparo muchos de los estilos actuales, desmontando tópicos y defendiendo la importancia de tener criterio.

Desde el estilo Japandi al nórdico, del industrial al wabi sabi, la lista de tendencias no para de crecer con etiquetas resonantes, pero según el manual de Rubio, vacías. Con este análisis invita a replantear las modas pasajeras y a poner énfasis en lo que realmente importa: diseños pensados para vivir, disfrutar y perdurar en el tiempo.

Minimalismo y maximalismo

El minimalismo, por ejemplo, se confunde con casas huecas y sin alma. “El minimalismo no es tener una lámpara y un colchón en el suelo: eso es una mudanza”, valora, “el  minimalismo es la antítesis del  por ‘si acaso’,  donde cada pieza debe justificar su existencia y su lugar”. Por su parte, en el lado opuesto, el maximalismo ha derivado en un exceso de estampados, colores y piezas que transforman los salones en un mercadillo permanente.

Japandi

El fenómeno de las mezclas tampoco se escapa de formar parte del manual. El japandi, fusión de japonés y escandinavo, ejemplifica a la perfección cómo las etiquetas pueden proliferar de manera desmedida. “Japandi demuestra que a veces basta con inventar un término para darle un aire novedoso a lo de siempre”.

Estilo mediterráneo

Este fenómeno tan de moda, ha quedado reducido a paredes blancas, fibras naturales y una estética de verano eterno. Un enfoque edulcorado que parece no hacer caso a la realidad más diversa de la costa. “El Mediterráneo no son solo casas impolutas en azul y blanco: también hay persianas de PVC y azulejos de los 80”, recalca.

Estilo industrial

El mal aplicado estilo industrial convierte las viviendas en oficinas disfrazadas de hogar en vez de en espacios que celebran la imperfección y la practicidad a través del diseño. El brutalismo exalta el hormigón olvidando que en las viviendas, además de estética, se busca comodidad. El boho, que en origen celebraba la libertad creativa, ha acabado en acumulaciones de objetos sin criterio.

Los estilos más asentados

Los estilos más consolidados tampoco se salvan de ser criticados en el manual. El nórdico, que en su origen transmitía calidez y funcionalidad, a veces se percibe como excesivamente neutro y monótono. El clásico, cuando se aplica sin acierto, se relaciona más con lo anticuado que con la sofisticación duradera. Y el contemporáneo, por su carácter tan abierto, si no se interpreta correctamente, termina siendo un concepto vago en el que encaja cualquier elemento sin coherencia.

Otros estilos que también se reducen a clichés

Algunos estilos, como el art déco, se han visto limitados a estereotipos de dorados y terciopelos, mientras que el shabby chic ha derivado en interiores saturados de muebles antiguos sin encanto. Incluso el wabi sabi, que celebra la belleza de lo imperfecto, en ocasiones se emplea como pretexto para tolerar ambientes descuidados.

Tampoco se salvan otros conceptos que orbitan alrededor del interiorismo. El upcycling, pese a estar de moda, con frecuencia sirve como pretexto para amontonar muebles reciclados sin coherencia. El moodboard, concebido como una herramienta creativa clave, se interpreta demasiadas veces como un simple collage de imágenes atractivas que poco aportan al proyecto real. Y la ergonomía, aunque evoca precisión científica, suele relegarse a un segundo plano cuando la prioridad es lograr una imagen perfecta para Instagram.

Los renders hiperrealistas, que deberían servir para anticipar un espacio, son ahora promesas digitales imposibles de cumplir. Underground es un término usado muy a la ligera para disfrazar de alternativo lo caótico distanciándose de su objetivo arty. Lo “neutro”, por su lado, se ha convertido en el refugio de quienes temen arriesgar con el color, presentándose como una apuesta segura de elegancia atemporal que no incomoda, pero que rara vez despierta emoción. El arte conceptual aplicado al interiorismo, en muchas ocasiones, se transforma en objetos que pocos comprenden y logran disfrutar en su propio hogar.

Términos de diseño mencionados en el manual

La sostenibilidad, aunque se presenta como una de las grandes banderas del sector, corre el peligro de convertirse en un simple eslogan si no se respalda con acciones reales y coherentes. Incluso el omnipresente mood, esa palabra comodín que pretende englobarlo todo, puede reducirse a un recurso superficial cuando no se acompaña de una auténtica atmósfera de bienestar.

“No todo lo que lleva la etiqueta de sostenible lo es, ni todo lo neutro es elegante. Y lo del mood, a veces, no deja de ser una excusa para poner velas. Al final, el estilo no se compra, se construye; y para eso no hace falta un nombre rimbombante, sino criterio«, resume Rubio.

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*Para más información: www.insenia.org

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